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The Church of God
in Georgia

Discurso del Supervisor de Estado en la Convención de Ministros 2023
Mantener o sobresalir… Debemos Sobresalir
(Salmos 44:1-3) “OH Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han
contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos Tú con tu mano echaste
las gentes, y los plantaste á ellos; Afligiste los pueblos, y los arrojaste. Porque no se
apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y
la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.” (Salmos 102:13)“Tú levantándote,
tendrás misericordia de Sión; Porque el tiempo de tener misericordia de ella, porque el
plazo es llegado.”
El deseo de Dios desde el principio, era tener un pueblo al que pudiera llamar suyo. Un
pueblo que amaría, honraría y apreciaría la relación sagrada que Él había establecido. Él
creó a Adán y luego diseñó una familia para él. Su mandamiento fue: “Fructificad y
multiplicaos” ¡Amaba a su creación y quería tener una relación personal con ella! Entonces
el pecado entró y arruinó la relación que Dios deseaba tener. Ahora, había una barrera.
Entonces, el proceso comenzó, para reunir al hombre con Dios.
Con el paso del tiempo, hubo personas fieles que confiaron y obedecieron a Dios y
ayudaron a que el programa de Dios avanzara en la dirección correcta. ¡Pero siempre
debemos recordar que Dios nunca fue tomado por sorpresa! ¡El plan del principio estaba en
marcha desde antes de la fundación del mundo! Dios le prometió a Abraham, que seria el
padre de una gran nación. Con el paso del tiempo, Jacob encontraría “La Casa de Dios”, y
su nombre cambiaría a Israel. Una familia entraría en Egipto a través de José, y más tarde
bajo el nombre de Israel, saldría una gran nación. Esa nación haría un pacto con Dios y se
convertiría en la “Iglesia en el desierto“. Dios les declaró: si me servís, seréis mi “tesoro
especial“. A pesar de que no cumplirían su promesa, el plan de Dios no vacilaría. La
venida de Jesucristo proporcionaría una vez más el camino para que el hombre se
reconciliara con Dios. Pero en la cruz, el plan iría aún más lejos: la sangre de Cristo no sólo
proporcionaría la redención del hombre, sino que compraría La Iglesia de Dios. Jesús
declararía, “Está consumado” y la santificaría y daría Sus últimas instrucciones terrenales a
la Iglesia recién comprada. El regresaría al Padre, con la promesa de enviar al Espíritu
Santo para guiarla a toda la verdad. La Iglesia entonces se reunió en obediencia a Cristo, y
el Espíritu Santo vino y lleno a todos los que estaban allí. Este grupo de 120 personas se
expandió inmediatamente a 320, y aun mas en los días que siguieron. La “Iglesia Primitiva”
alcanzaría el mundo conocido con el evangelio. Pero, una vez más, la apostasía entraría
entre los miembros, llevando eventualmente a lo que se conocería como la “Edad Oscura”.
¡Pero todavía habría unos pocos que eran fieles, que estaban determinados a encontrar de
nuevo La Iglesia de Dios!
Les recuerdo que Ella nunca dejó de ser. Sólo estuvo oculta durante un tiempo, tal como
estaba escrito en la profecía. Pero una vez más, ¡Su belleza fue descubierta! Una vez más,
Su gloriosa doctrina comenzó a brillar y a obligar a aquellos que deseaban la verdad a venir
y reunirse bajo Su estandarte. Una y otra vez, habría, (y aun hay hoy) aquellos que tratarían
de cambiarla y socavar su doctrina. Pero, la invitación exclusiva, para ser parte de la
gloriosa Iglesia que Cristo compró, ha sido extendida a todos. Jesús declaró, “¡Las puertas
del infierno no prevalecerán contra ella! ¡Ella no será derrotada! ¡Aquellos que
permanezcan fieles a Ella nunca fallarán! No seas de los que luchan contra Ella. ¡Perderán!
Pero una vez más, ¡tomen la espada y el escudo, y permanezcan fieles en su servicio! Como
miembros de la gran Iglesia de Dios, tengamos una vez más la visión, tengamos una vez
más el celo. Una vez más, estemos decididos a olvidar las cosas del pasado y a superarnos;
¡marchemos hacia la victoria! ¡Alguien va a completar este trabajo! ¡Ahora es nuestra
oportunidad! No debemos… ¡no podemos dejar que se nos escape de las manos!
Muchos de vosotros lleváis mucho tiempo en la Iglesia. Habéis ayudado a la Iglesia a
mantenerse y seguir adelante en tiempos difíciles, ¡y os felicito por vuestro servicio!
“¡Gracias! Pero hoy debo decir a todos los miembros, jóvenes y viejos, que ya es hora de
que no sólo nos mantengamos, sino que nos superemos. Debemos avanzar. ¡Debemos
completar nuestra tarea! Dios es y siempre será fiel. Pero tú y yo debemos demostrar que
somos fieles. (Efesios 5:27) “Para presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no
tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
(Apocalipsis 19:7,9) “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las
bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado. Y le fué dado que se vista de lino fino,
limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos. Y él me dice:
Escribe: Bienaventurados los que son llamados á la cena del Cordero. Y me dijo: Estas
palabras de Dios son verdaderas.” Salmos 102:13 declara, “el tiempo establecido, ha
llegado.” ¡Sión cuenta con el favor de Dios! ¡Su tiempo de victoria es ahora! ¡Nuestro
tiempo es ahora! (Zacarías 13:8-9) “(Zacarías 13:8-9) “Y acontecerá en toda la tierra, dice
Jehová, que las dos partes serán taladas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en
ella. Y meteré en el fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y
probarélos como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío:
y él dirá: Jehová es mi Dios.”
Otros no han honrado el pacto que hicieron con Dios. Tú y yo también debemos elegir. ¿A
quién servirás? ¡Habrá alguien en esta generación que permitirá al Espíritu Santo, refinar y
purificar, y usarlos, para hacer una obra que nunca antes se ha logrado! ¡Ellos serán Su
pueblo fiel! (Malaquías 3:3-4) “Y sentarse ha para afinar y limpiar la plata: porque
limpiará los hijos de Leví, los afinará como á oro y como á plata; y ofrecerán á Jehová
ofrenda con justicia. Y será suave á Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalem, como en los
días pasados, y como en los años antiguos.” (Malaquías 4:1-3) ““PORQUE he aquí, viene
el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán
estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, el cual no
les dejará ni raíz ni rama. Mas á vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de
justicia, y en sus alas traerá salud: y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Y
hollaréis á los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día
que yo hago, ha dicho Jehová de los ejércitos..”
¡Debemos someternos al Espíritu Santo! Debemos darle el control total. El hará su gran
obra, en aquellos que se sometan a El. ¡A través de ellos, cosas mas grandes serán logradas
de lo que jamás se ha hecho! Pero Isaías 4:4 nos dice, estas cosas que Dios desea hacer,
serán hechas por “el espíritu de juicio, y por el espíritu de quemar.” Su fuego nos purificará
o nos consumirá. (Heb 12:29) Los que le permitan purificar su vida, los que estén
dispuestos a despojarse de pesos y pecados, los que estén dispuestos a vestirse de cosas
espirituales, serán los que formen la Novia por la que Él regresará. (1Pedro 2:9) “Mas
vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que
anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable.“ ¡Tú
y yo somos el pueblo que ha sido escogido por Dios, para esta obra presente! ¡Que la
Iglesia, sea la Iglesia!
Permanezcamos fieles, hasta ese glorioso día en que Él regrese.